GUIA DE ENFERMEDADES
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GUIA DE ENFERMEDADES
-------------------- ENFERMEDADES DEL BONSAI.
Síntomas:
En las coníferas, las agujas pierden el color, se vuelven amarillas y luego rojizas, pardas y finalmente se caen. Se observan unas telas finas entre las ramas, que dificultan la asimilación clorofílica. Los huevos son depositados en la base de las agujas y en las fisuras de la corteza.
En los árboles de hoja caduca, los huevos hibernan sobre las ramas y pueden formar manchas rojizas en la corteza. En la primavera se observan picadas en el limbo de las hojas. Los ácaros se encuentran principalmente en el envés de las hojas, que se vuelven color gris plateado y luego pardas en caso de ataque masivo. Finalmente las hojas caen . Las arañas succionan la savia del árbol , que se debilita.
Remedios:
Rociar abundantemente las coníferas cuando el aire es seco y cálido. Podar y destruir las ramas .A finales de invierno pulverizar con aceites amarillos para destruir los huevos. En primavera, pulverizar con acaricidas de acción sistémica. En verano , si es necesario utilizar acaricidas específicos. Recordar, en verano el riego deberá ser abundante.
Síntomas:
Las arañas se encuentran en el envés de las hojas, y pican el follaje. El Limbo amarillea, y puede adquirir un color gris plateado en caso de ataque masivo. El árbol corre el riesgo de secarse.
Remedios:
Vaporizar a fondo el follaje, insistiendo en el envés de las hojas. Desde los primeros ataques utilizar insecticidas de acción acaricida , o bien acaricidas específicos. Cambiar el producto para evitar la habituación. En caso necesario , efectuar un tratamiento preventivo en primavera.
Cochinilla harinosa o algodonosa:
Síntomas:
Presencia de melazo sobre el que se desarrolla la fumagina. La asimilación clorofílica disminuye, y se constata una reducción de la actividad vegetativa y la aparición de escudos blancos, harinosos y móviles. Las hojas amarillean y caen.
Remedios:
Desde los primeros síntomas , pulverizar con insecticidas fosforados orgánicos.
Pulgón verde, pulgón negro
Síntomas:
Los huevos hibernan sobre la corteza. En abril se pueden descubrir las larvas en los extremos de los brotes. Los pulgones , visibles a simple vista , colonizan los brotes tiernos de cuya savia se alimentan, el crecimiento del árbol se retrasa. El pulgón negro es portador de enfermedades víricas.
Remedios:
Durante el riego proyectar un chorro violento sobre el follaje para hacer caer a los pulgones. Utilizar insecticidas de origen vegetal , insecticidas orgánicos clorados, insecticidas orgánicos fosforados. Para destruir los huevos de invierno del pulgón verde , fijados a la corteza de los árboles de exterior efectuar un tratamiento preventivo de aceites amarillos, a finales de invierno antes de la aparición de las hojas. Pulverizar a fondo las ramas y el tronco después de haberlos humedecido. Durante el período vegetativo , tan pronto como aparezcan los pulgones sobre los brotes , efectuar 2 pulverizaciones sobre todas las partes del árbol, afectadas o no , con 10 días de intervalo. Repetir las aplicaciones en caso necesario.
Barrenillos:
Son insectos coleópteros cilíndricos , negros o pardos , de 1-5-mm de largo. Viven en la madera o debajo de la corteza de los árboles, donde abren galerías . Son muy perjudiciales . Las coníferas son sus principales víctimas.
Síntomas:
En la madera , una galería longitudinal situada entre la corteza y la albura, contiene los huevos . Las larvas excavan galerías perpendiculares a la primera. Un hongo se desarrolla en éstas galerías . El adulto perfora la corteza para salir volando. La circulación de la savia queda perturbada.
Remedios:
Cortar y destruir las ramas atacadas. Enriquecer el suelo con potasa y fósforo. A medianos de abril , pulverizar el tronco y las ramas con insecticidas a base de paratión y lindano, para destruir los adultos sobre la corteza y, si es necesario, realizar una segunda pulverización en julio. Para destruir las larvas, pulverizar emulsiones aceitosas a finales de invierno.
Síntomas:
Se establece sobre las partes leñosas del árbol, tanto aéreas como subterráneas, y sus picaduras provocan la formación de agallas. Se pueden desarrollar hongos ; el crecimiento de retarda.
Remedios:
Eliminar las agallas y desinfectar las heridas con una solución cúprica. Aplicar luego mastic . En invierno, pulverizar con aceites de brea. Al iniciarse el período vegetativo , utilizar aceites amarillos . Finalmente , pulverizar luego con insecticidas.
OIDIO O CENIZA: Enfermedad causada por un hongo.
Síntomas:
Las partes aéreas del árbol (hojas, ramas botones florales) presentan unas manchas de aspecto harinoso blanquecino. La mancha aumenta de tamaño y adquiere un aspecto afelpado. El limbo foliar se deforma. Sobre las hojas que se secan pueden aparecer unas granulaciones negras . El árbol pierde su vigor. El hongo se desarrolla cuando la temperatura es elevada y la atmósfera es seca.
Remedios:
Podar y quemar las ramas afectadas. Eliminar las hojas muertas. Pulverizar con fungicidas minerales o de síntesis . Si el año anterior se constató la presencia de oidio, a partir de la primavera antes de que se abran las yemas se deberá efectuar un tratamiento preventivo. El azufre es particularmente útil para la lucha preventiva.
Mal Blanco de las Raíces:
Afección grave producida por el micelio de un hongo. Esta enfermedad es debida a las picaduras de los insectos o a las heridas provocadas durante la poda.
Síntomas:
Las raíces se vuelven pardas y mueren . Debajo de la corteza se observan placas blancas (micelio) y cordones negros (rizomorfos). Los brotes son endebles, las hojas (o las agujas en el caso de las coníferas) caen, las ramas mueren y el árbol se marchita.
Remedios:
Desde la aparición de los primeros síntomas se utilizarán fungicidas; de todos modos la lucha es difícil y, con frecuencia no impide que el árbol muera.
Podredumbre de las raíces, hojas y yemas.
Síntomas:
Las raíces y el cuello del árbol muestran podredumbres. La podredumbre , de color marrón, es esponjosa. El follaje pierde su color, se vuelve pardo y se seca. Las agujas de las coníferas caen. El árbol puede marchitarse con gran rapidez.
Remedios:
Evitar que el agua encharque la tierra. Evitar las heridas en el cuello del árbol. En caso necesario desinfectar la tierra. Utilizar fungicidas a base de maneb o bien fungicidas sistémicos.
Royas: Enfermedad causada por un hongo
Síntomas:
Sobre las ramas, en el mes de mayo aparecen largas manchas amarillas sobre la corteza de los brotes tiernos. Surgen unos bultos que se abren dejando salir una materia anaranjada. De las heridas mana savia . La rama crece en S. El brote puede secarse perturbando así el crecimiento del árbol. Sobre las hojas aparecen numerosas manchas amarillas o pardas y se secan . Sobre las agujas de las coníferas aparecen manchas rojas.
Remedios:
Podar y quemar las partes afectadas, efectuar 1 ó 2 pulverizaciones con fungicida especial contra la roya, con un intervalo de 10 a 15 días. Atención a los tratamientos demasiado violentos o repetidos: pueden provocar quemaduras.
Verticilosis:
Enfermedad causada por un hongo que penetra a nivel de las raíces y del cuello del árbol aprovechando las lesiones que éste presente.
Síntomas:
Las hojas se doblan en la base del árbol. El limbo amarillea. Las hojas se arrugan y retuercen. Los árboles pierden su vigor. La savia alimenta mal las partes superiores del árbol.
Remedios:
Evitar el exceso de abonos nitrogenados. Eliminar las malas hierbas. Cuidar las heridas del árbol. Destruir las hojas muertas. Desinfectar la tierra y pulverizar con un fungicida mineral el tronco y el cuello del árbol
CLOROSIS .
Síntomas:
Hojas amarillas con nervaduras verdes
Causas Posibles:
Falta de hierro o aguas calcáreas o duras
Tratamiento:
Cambiar de producto fertilizante y abonar con mas
regularidad
Fumagina o negrilla
Se debe al ataque combinado de insectos y hongos. Las hojas se cubren de una capa polvorienta de color negruzco, completa o parcialmente, y la planta pierde vigor con gran rapidez.
tratamiento:
Trátela con compo fungicida contra moteado .
TRIP.- Síntomas:
Manchas plateadas en el envés de las hojas, observando se ven pequeños insectos o larvas blanquecinas
Causa:
Aire demasiado caliente
Tratamiento:
Usar insecticida a base de Piretrinas
Antracnosis
Enfermedad causada por un hongo interno que afecta las hojas, causándoles manchas redondas de color marrón oscuro. Las partes afectadas mueren completamente, quedando negras. Trate las partes atacadas con compo Fungicida contra Roya o compo Fungicida Polivalente.
CARACOLES Y BABOSAS
Síntomas:
Aparecen agujeros en los brotes y los sitios mas tiernos de las hojas
Causa:
Contagio del exterior, por llegada de caracoles cercanos
Tratamiento:
Cebos a base de Metaldehino
Antracnosis
Enfermedad causada por un hongo interno que afecta brotes tiernos enteros y hojas, causándoles manchas redondas de color marrón oscuro. Los brotes afectados mueren completamente. Trate las partes atacadas con compo Fungicida contra Roya o compo Fungicida Polivalente.
Hormigas.
La hormiga por sí sola no es demasiado perjudicial, sólo molesta, a excepción de las tropicales cortadoras de hojas. El problema surge por su relación con los pulgones para un beneficio mutuo. Los pulgones expulsan una sustancia azucarada que a las hormigas les gusta y les protegen. Por lo cual para combartir a los pulgones, antes tiene que acabar con las hormigas. Para acabar con éstas, hay que llegar a la reina, pues al poner cientos de huevos en un día, por mucho que queramos acabar con todas, mientras no acabemos con la reina no tenemos nada que hacer. Las hormigas se transmiten el alimento de unas a otras y así hasta llegar a la reina, por eso hay que utilizar un insecticida de acción lenta. Existen insecticidas especiales que se encuentran fácilmente en el mercado.
Gorgojos.
Insectos que poseen una cabeza que acaba como en una trompa. Su tamaño varía entre 1 y 7 centímetros, de color oscuro ocre o gris, a veces cubierto de pelusa. Taladran los tallos de nuestras plantas y árboles para llegar a la savia. Esto no es lo más grave, lo peor viene cuando las larvas empiezan a roer los bordes de las hojas y tallos jóvenes. El gorgojo del avellano es muy peligroso, ya que sus larvas se alimentan de la almendrilla y la avellana aparece vacía. También el gorgojo grande que vive bajo la corteza de pinos y abetos jóvenes es muy peligroso porque se alimenta de las raíces tiernas.
grises:
son orugas grandes de 4 centímetross. que comen por la noche y durante el día permanecen enterradas en el suelo y enroscadas. Devoran la base de los tallos y las secan. Ocasionan grandes estragos en el césped en primavera y otoño. Se dan más en climas frescos que en los cálidos.
blancos:
son las larvas de diferentes especies de escarabajos. Duran 3 ó 4 años antes de convertirse en escarabajo. Viven en el suelo y se comen las raíces del césped y de un gran número de especies ornamentales, rosales, tubérculos y bulbos. Se combate con gránulos en el suelo que actúa por contacto o ingestión y que encontramos en el mercado.
de alambre:
son larvas que viven bajo tierra alimentándose de raíces, tubérculos y bulbos. Son de color dorado y anillos muy marcados. En el césped se notan por las manchas de hierba marchita, amarillenta o marrón. Los daños más importantes los producen en primavera y otoño.
Síntomas:
En las coníferas, las agujas pierden el color, se vuelven amarillas y luego rojizas, pardas y finalmente se caen. Se observan unas telas finas entre las ramas, que dificultan la asimilación clorofílica. Los huevos son depositados en la base de las agujas y en las fisuras de la corteza.
En los árboles de hoja caduca, los huevos hibernan sobre las ramas y pueden formar manchas rojizas en la corteza. En la primavera se observan picadas en el limbo de las hojas. Los ácaros se encuentran principalmente en el envés de las hojas, que se vuelven color gris plateado y luego pardas en caso de ataque masivo. Finalmente las hojas caen . Las arañas succionan la savia del árbol , que se debilita.
Remedios:
Rociar abundantemente las coníferas cuando el aire es seco y cálido. Podar y destruir las ramas .A finales de invierno pulverizar con aceites amarillos para destruir los huevos. En primavera, pulverizar con acaricidas de acción sistémica. En verano , si es necesario utilizar acaricidas específicos. Recordar, en verano el riego deberá ser abundante.
Síntomas:
Las arañas se encuentran en el envés de las hojas, y pican el follaje. El Limbo amarillea, y puede adquirir un color gris plateado en caso de ataque masivo. El árbol corre el riesgo de secarse.
Remedios:
Vaporizar a fondo el follaje, insistiendo en el envés de las hojas. Desde los primeros ataques utilizar insecticidas de acción acaricida , o bien acaricidas específicos. Cambiar el producto para evitar la habituación. En caso necesario , efectuar un tratamiento preventivo en primavera.
Cochinilla harinosa o algodonosa:
Síntomas:
Presencia de melazo sobre el que se desarrolla la fumagina. La asimilación clorofílica disminuye, y se constata una reducción de la actividad vegetativa y la aparición de escudos blancos, harinosos y móviles. Las hojas amarillean y caen.
Remedios:
Desde los primeros síntomas , pulverizar con insecticidas fosforados orgánicos.
Pulgón verde, pulgón negro
Síntomas:
Los huevos hibernan sobre la corteza. En abril se pueden descubrir las larvas en los extremos de los brotes. Los pulgones , visibles a simple vista , colonizan los brotes tiernos de cuya savia se alimentan, el crecimiento del árbol se retrasa. El pulgón negro es portador de enfermedades víricas.
Remedios:
Durante el riego proyectar un chorro violento sobre el follaje para hacer caer a los pulgones. Utilizar insecticidas de origen vegetal , insecticidas orgánicos clorados, insecticidas orgánicos fosforados. Para destruir los huevos de invierno del pulgón verde , fijados a la corteza de los árboles de exterior efectuar un tratamiento preventivo de aceites amarillos, a finales de invierno antes de la aparición de las hojas. Pulverizar a fondo las ramas y el tronco después de haberlos humedecido. Durante el período vegetativo , tan pronto como aparezcan los pulgones sobre los brotes , efectuar 2 pulverizaciones sobre todas las partes del árbol, afectadas o no , con 10 días de intervalo. Repetir las aplicaciones en caso necesario.
Barrenillos:
Son insectos coleópteros cilíndricos , negros o pardos , de 1-5-mm de largo. Viven en la madera o debajo de la corteza de los árboles, donde abren galerías . Son muy perjudiciales . Las coníferas son sus principales víctimas.
Síntomas:
En la madera , una galería longitudinal situada entre la corteza y la albura, contiene los huevos . Las larvas excavan galerías perpendiculares a la primera. Un hongo se desarrolla en éstas galerías . El adulto perfora la corteza para salir volando. La circulación de la savia queda perturbada.
Remedios:
Cortar y destruir las ramas atacadas. Enriquecer el suelo con potasa y fósforo. A medianos de abril , pulverizar el tronco y las ramas con insecticidas a base de paratión y lindano, para destruir los adultos sobre la corteza y, si es necesario, realizar una segunda pulverización en julio. Para destruir las larvas, pulverizar emulsiones aceitosas a finales de invierno.
Síntomas:
Se establece sobre las partes leñosas del árbol, tanto aéreas como subterráneas, y sus picaduras provocan la formación de agallas. Se pueden desarrollar hongos ; el crecimiento de retarda.
Remedios:
Eliminar las agallas y desinfectar las heridas con una solución cúprica. Aplicar luego mastic . En invierno, pulverizar con aceites de brea. Al iniciarse el período vegetativo , utilizar aceites amarillos . Finalmente , pulverizar luego con insecticidas.
OIDIO O CENIZA: Enfermedad causada por un hongo.
Síntomas:
Las partes aéreas del árbol (hojas, ramas botones florales) presentan unas manchas de aspecto harinoso blanquecino. La mancha aumenta de tamaño y adquiere un aspecto afelpado. El limbo foliar se deforma. Sobre las hojas que se secan pueden aparecer unas granulaciones negras . El árbol pierde su vigor. El hongo se desarrolla cuando la temperatura es elevada y la atmósfera es seca.
Remedios:
Podar y quemar las ramas afectadas. Eliminar las hojas muertas. Pulverizar con fungicidas minerales o de síntesis . Si el año anterior se constató la presencia de oidio, a partir de la primavera antes de que se abran las yemas se deberá efectuar un tratamiento preventivo. El azufre es particularmente útil para la lucha preventiva.
Mal Blanco de las Raíces:
Afección grave producida por el micelio de un hongo. Esta enfermedad es debida a las picaduras de los insectos o a las heridas provocadas durante la poda.
Síntomas:
Las raíces se vuelven pardas y mueren . Debajo de la corteza se observan placas blancas (micelio) y cordones negros (rizomorfos). Los brotes son endebles, las hojas (o las agujas en el caso de las coníferas) caen, las ramas mueren y el árbol se marchita.
Remedios:
Desde la aparición de los primeros síntomas se utilizarán fungicidas; de todos modos la lucha es difícil y, con frecuencia no impide que el árbol muera.
Podredumbre de las raíces, hojas y yemas.
Síntomas:
Las raíces y el cuello del árbol muestran podredumbres. La podredumbre , de color marrón, es esponjosa. El follaje pierde su color, se vuelve pardo y se seca. Las agujas de las coníferas caen. El árbol puede marchitarse con gran rapidez.
Remedios:
Evitar que el agua encharque la tierra. Evitar las heridas en el cuello del árbol. En caso necesario desinfectar la tierra. Utilizar fungicidas a base de maneb o bien fungicidas sistémicos.
Royas: Enfermedad causada por un hongo
Síntomas:
Sobre las ramas, en el mes de mayo aparecen largas manchas amarillas sobre la corteza de los brotes tiernos. Surgen unos bultos que se abren dejando salir una materia anaranjada. De las heridas mana savia . La rama crece en S. El brote puede secarse perturbando así el crecimiento del árbol. Sobre las hojas aparecen numerosas manchas amarillas o pardas y se secan . Sobre las agujas de las coníferas aparecen manchas rojas.
Remedios:
Podar y quemar las partes afectadas, efectuar 1 ó 2 pulverizaciones con fungicida especial contra la roya, con un intervalo de 10 a 15 días. Atención a los tratamientos demasiado violentos o repetidos: pueden provocar quemaduras.
Verticilosis:
Enfermedad causada por un hongo que penetra a nivel de las raíces y del cuello del árbol aprovechando las lesiones que éste presente.
Síntomas:
Las hojas se doblan en la base del árbol. El limbo amarillea. Las hojas se arrugan y retuercen. Los árboles pierden su vigor. La savia alimenta mal las partes superiores del árbol.
Remedios:
Evitar el exceso de abonos nitrogenados. Eliminar las malas hierbas. Cuidar las heridas del árbol. Destruir las hojas muertas. Desinfectar la tierra y pulverizar con un fungicida mineral el tronco y el cuello del árbol
CLOROSIS .
Síntomas:
Hojas amarillas con nervaduras verdes
Causas Posibles:
Falta de hierro o aguas calcáreas o duras
Tratamiento:
Cambiar de producto fertilizante y abonar con mas
regularidad
Fumagina o negrilla
Se debe al ataque combinado de insectos y hongos. Las hojas se cubren de una capa polvorienta de color negruzco, completa o parcialmente, y la planta pierde vigor con gran rapidez.
tratamiento:
Trátela con compo fungicida contra moteado .
TRIP.- Síntomas:
Manchas plateadas en el envés de las hojas, observando se ven pequeños insectos o larvas blanquecinas
Causa:
Aire demasiado caliente
Tratamiento:
Usar insecticida a base de Piretrinas
Antracnosis
Enfermedad causada por un hongo interno que afecta las hojas, causándoles manchas redondas de color marrón oscuro. Las partes afectadas mueren completamente, quedando negras. Trate las partes atacadas con compo Fungicida contra Roya o compo Fungicida Polivalente.
CARACOLES Y BABOSAS
Síntomas:
Aparecen agujeros en los brotes y los sitios mas tiernos de las hojas
Causa:
Contagio del exterior, por llegada de caracoles cercanos
Tratamiento:
Cebos a base de Metaldehino
Antracnosis
Enfermedad causada por un hongo interno que afecta brotes tiernos enteros y hojas, causándoles manchas redondas de color marrón oscuro. Los brotes afectados mueren completamente. Trate las partes atacadas con compo Fungicida contra Roya o compo Fungicida Polivalente.
Hormigas.
La hormiga por sí sola no es demasiado perjudicial, sólo molesta, a excepción de las tropicales cortadoras de hojas. El problema surge por su relación con los pulgones para un beneficio mutuo. Los pulgones expulsan una sustancia azucarada que a las hormigas les gusta y les protegen. Por lo cual para combartir a los pulgones, antes tiene que acabar con las hormigas. Para acabar con éstas, hay que llegar a la reina, pues al poner cientos de huevos en un día, por mucho que queramos acabar con todas, mientras no acabemos con la reina no tenemos nada que hacer. Las hormigas se transmiten el alimento de unas a otras y así hasta llegar a la reina, por eso hay que utilizar un insecticida de acción lenta. Existen insecticidas especiales que se encuentran fácilmente en el mercado.
Gorgojos.
Insectos que poseen una cabeza que acaba como en una trompa. Su tamaño varía entre 1 y 7 centímetros, de color oscuro ocre o gris, a veces cubierto de pelusa. Taladran los tallos de nuestras plantas y árboles para llegar a la savia. Esto no es lo más grave, lo peor viene cuando las larvas empiezan a roer los bordes de las hojas y tallos jóvenes. El gorgojo del avellano es muy peligroso, ya que sus larvas se alimentan de la almendrilla y la avellana aparece vacía. También el gorgojo grande que vive bajo la corteza de pinos y abetos jóvenes es muy peligroso porque se alimenta de las raíces tiernas.
grises:
son orugas grandes de 4 centímetross. que comen por la noche y durante el día permanecen enterradas en el suelo y enroscadas. Devoran la base de los tallos y las secan. Ocasionan grandes estragos en el césped en primavera y otoño. Se dan más en climas frescos que en los cálidos.
blancos:
son las larvas de diferentes especies de escarabajos. Duran 3 ó 4 años antes de convertirse en escarabajo. Viven en el suelo y se comen las raíces del césped y de un gran número de especies ornamentales, rosales, tubérculos y bulbos. Se combate con gránulos en el suelo que actúa por contacto o ingestión y que encontramos en el mercado.
de alambre:
son larvas que viven bajo tierra alimentándose de raíces, tubérculos y bulbos. Son de color dorado y anillos muy marcados. En el césped se notan por las manchas de hierba marchita, amarillenta o marrón. Los daños más importantes los producen en primavera y otoño.
Última edición por patrispice el Vie Jun 08, 2012 8:29 am, editado 1 vez
patricia- Admin
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Re: GUIA DE ENFERMEDADES
Enfermedades producidas por virus
Se cuentan actualmente unos 300 virus capaces de infectar las plantas cultivadas o salvajes. Muchos de ellos son causa de enfermedades de los vegetales cultivados, tanto graves como leves o benignas, pero siempre perjudiciales y, por otra parte, más molestas al no disponer de ningún medio de lucha directa, sino preventivo. Así son las virosis o enfermedades producidas por virus en las plantas.
Naturaleza de los virus
Los virus de las plantas poseen a la vez características de la vida y de la materia inerte: se multiplican en el seno de la planta huésped, sufren transformaciones hereditarias y se subdividen en razas o estirpes; pero pueden también formar cristales y presentar analogías con las mayores moléculas proteicas.
Invisibles a simple vista o al microscopio corriente, sólo pueden descubrirse con la ayuda del microscopio electrónico, gracias aun aumento que puede alcanzar las 500000 veces. Se observan entonces en forma de filamentos rígidos o flexuosos o de partículas esféricas, que en realidad son poliedros, miden de 15 a 30 millonésimas de milímetro (o nm) de diámetro, mientras que los filamentos, de una anchura aproximadamente idéntica, miden de 200 a 700 nm de longitud.
Cada partícula tiene una estructura perfectamente definida, como un cristal: la parte central está ocupada por un ácido nucleico que presenta las características hereditarias del virus; una envoltura proteica rodea y protege al ácido nucleico.
Penetración y multiplicación del virus
Las partículas de virus penetran en las plantas por las heridas, picaduras o mordeduras de insectos u otros animales vectores, injertos y, más raramente, por el polen procedente de plantas infectadas. Entonces se multiplican en las células del vegetal, tomando de éste las sustancias y la energía necesarias.
Pasan de una célula a otra a través de orificios intercelulares, los plasmodesmos, y circulan por los vasos del líber ya veces por los del leño para extenderse en la planta.
Los virus no pueden multiplicarse más que en tejidos vivos de plantas o, en ciertos casos, de animales. Son, pues, enteramente parásitos.
Síntomas
Los síntomas producidos por los virus de los vegetales varían mucho; se producen principalmente anomalías en la formación y en el crecimiento de los órganos, así como en su funcionamiento. Los principales tipos de síntomas de virosis encontrados en las plantas cultivadas son: deformaciones que pueden afectar a todos los órganos o a una parte de ellos, necrosis, clorosis localizada en manchas o general y que afecta sobre todo a las hojas, enrojecimiento de las mismas, anomalías del metabolismo de la planta, que provoca especialmente el enrollado de las hojas y enanismo.
Para un determinado virus la gravedad de los síntomas depende de numerosos factores, relacionados con la naturaleza de la planta huésped y con las condiciones en las que ésta se encuentra. Una planta es inmune cuando no puede ser infectada, y es susceptible en el caso contrario. Si los síntomas son débiles o nulos, aunque la planta sea portadora del virus, se la llama tolerante, y entonces el virus está en estado latente. Si los síntomas son visibles la planta se considera como sensible, y si la reacción es tal que los tejidos infectados, o incluso toda la planta, mueren rápidamente, se habla de hipersensibilidad.
La resistencia de una planta o de una variedad es la capacidad de sobrevivir, sin graves daños, a la infección o escapar a la contaminación. Ésta puede ser la consecuencia de las circunstancias siguientes:
-una inmunidad con respecto al virus o a sus vectores;
-una tolerancia o una débil sensibilidad al virus;
-una hipersensibilidad: los tejidos infectados o las plantas contaminadas mueren antes que el virus haya podido extenderse en el vegetal o ser transmitido.
Cuando el virus se extiende por toda la planta, la infección se llama sistémica. Si, por el contrario, se limita a los lugares donde el virus ha penetrado en el vegetal, se habla de lesiones locales. En ciertos casos la infección es sistémica, pero los síntomas permanecen localizados.
Relaciones entre virus y planta huésped:
influencia del medio
La planta infectada por un virus no forma anticuerpos, como ocurre en los animales, y es raro que se cure espontáneamente. Por el contrario, una planta infectada permanece en general portadora del virus hasta su muerte; la infección se perpetúa incluso a través de su descendencia reproducida por vía vegetativa, es decir, por los bulbos, rizomas, tubérculos, estolones, acodos, hijuelos, esquejes o injertos.
La temperatura ejerce una influencia considerable en la multiplicación de los virus y en la expresión de sus síntomas. En general, los síntomas son más graves a temperatura baja, y se atenúan con la elevación de ésta. Incluso pueden desaparecer completamente: se dice entonces que el virus se ha enmascarado. Así, el virus X de la patata produce en esta planta síntomas visibles a 16°C, pero indistinguibles o nulos por encima de los 20°C.
Si durante varias semanas se mantienen plantas infectadas a 37-38°C, no sólo se puede provocar la desaparición de los síntomas, sino también la de muchos virus. Esta notable propiedad se utiliza para sanear plantas virosadas y reconstituir plantas sanas de ciertas variedades que estaban enteramente contaminadas. Así ocurre en la fresa, manzano, vid y otras plantas cultivadas. Este tratamiento por el calor se llama termoterapia.
La luz tiene también una influencia importante en la expresión de los síntomas. La variación según las estaciones en la intensidad de las enfermedades producidas por virus resultan muy probablemente de la variación simultánea de la temperatura y de la iluminación de las plantas: en general los síntomas son más visibles en primavera o en otoño que en pleno verano. Éste es el caso, por ejemplo, del matizado de las hojas de la vid o del mosaico amarillo, que se manifiesta en primavera en las hojas de la base de los sarmientos y deja de aparecer en las hojas de verano para mostrarse nuevamente en la vegetación de otoño.
La naturaleza del suelo, la nutrición y los cuidados culturales desempeñan igualmente un papel importante en la evolución de las enfermedades producidas por virus en las plantas. De una manera general puede decirse que las mejores condiciones para el cultivo sano son las que permiten a la planta enferma sufrir menos daños.
Variación y mutación
Ocurre con frecuencia que durante una epidemia algunas plantas muestran síntomas diferentes a los que presentan la mayoría de las plantas enfermas por el mismo virus. Si el carácter distinguible se mantiene en transmisiones sucesivas, puede llegarse a la conclusión de que se ha aislado una raza o estirpe particular del virus en cuestión. Diversos métodos permiten seleccionar y aislar esas distintas estirpes. Estas últimas se diferencian entre sí por los síntomas que producen y a veces por su forma de transmisión o su composición química. Nacen por un proceso de mutación análogo al que origina la variación en los animales y plantas, es decir, por un cambio súbito de un carácter hereditario.
Los virus que se encuentran en los cultivos no están constituidos generalmente por estirpes puras, sino por mezclas de estirpes con predominio de una de ellas, que da a la enfermedad su carácter particular. Las otras estirpes, relegadas a segundo plano, pueden llegar a su vez a ser predominantes cuando cambian las condiciones. Desde el punto de vista práctico, la aparición de nuevas estirpes virulentas puede ser desastrosa.
Como todos los seres vivos, los virus no gozan de caracteres inmutables: evolucionan de acuerdo con las circunstancias, se adaptan a las condiciones creadas por los huéspedes que parasitan, al medio en el que vive la planta huésped y a las posibilidades de transmisión de una planta a otra.
Transmisión y propagación
Los virus se transmiten de una planta a otra de diversas maneras, cuyo conocimiento es muy importante; depende de él la posibilidad de una lucha preventiva.
Transmisión por inoculación mecánica
Algunos virus se transmiten en los cultivos por contacto de una planta a otra, merced a heridas, frecuentemente mínimas, producidas por frotamiento. Las labores culturales facilitan igualmente esta transmisión.
Transmisión por insectos y otros vectores
La mayor parte de los virus desaparecerían si no fuesen transmitidos y propagados por diversas especies de animales, que se denominan vectores de virus y que pertenecen a varios grupos zoológicos. Por orden decreciente de importancia pueden señalarse:
-insectos: homópteros (pulgones y cicádulas), ortópteros, coleópteros, tisanópteros (trips);
-ácaros;
-nematodos.
La transmisión del virus está generalmente relacionada con la nutrición del animal, que se contamina en una planta enferma y puede a continuación infectar una planta sana.
-los virus no persistentes son rápidamente adquiridos por el insecto, tan sólo en algunos segundos; resultan inmediatamente inoculables y el vector permanece infeccioso muy poco tiempo, en general menos de una hora.
-los virus persistentes son adquiridos por el vector al cabo de una alimentación de varias horas. El insecto no resulta inmediatamente infeccioso, sino únicamente al cabo de un período latente que puede durar varios días. A continuación permanece infeccioso hasta su muerte.
En el primer caso se admite que el virus se transmite de planta a planta por la extremidad de los estiletes del aparato chupador del insecto.
En el segundo caso, el virus, ingerido con los alimentos, atraviesa la pared del tubo digestivo, se extiende por todo el cuerpo con la sangre, después alcanza las glándulas salivales y de ellas se inyecta en la planta con la saliva. El período latente corresponde al tiempo necesario para la evolución del virus en el cuerpo del insecto.
Transmisión por hongos
Varios virus se transmiten a través de hongos del suelo, y son transportados en la superficie de las esporas o en el interior de las mismas. Es el caso de la necrosis del tabaco, el «mop top» de la patata, la enfermedad de los nervios gruesos o «big vein» de la lechuga.
Transmisión por la semilla
Algunos virus se transmiten, en una débil proporción, por las semillas procedentes de plantas infectadas. Así ocurre con el mosaico de la judía y el mosaico de la lechuga. La mayoría de estos virus no se conservan en las semillas.
Transmisión por el polen
Esta forma de transmisión es rara.
Transmisión por la reproducción vegetativa
Los injertos, esquejes, acodos, hijuelos, estolones, tubérculos, bulbos, rizomas y otros órganos de reproducción vegetativa procedentes de plantas infectadas por virus resultan generalmente contaminados. Los virus pasan del injerto al porta injerto, y viceversa. La propagación de los virus por la reproducción vegetativa tiene una gran importancia en el cultivo de la vid, de los árboles frutales, de la fresa, del frambueso, de la patata y de la cebolla.
Identificación y detección de los virus
Al ser invisibles a simple vista y difícilmente reconocibles según su estructura, observada al microscopio electrónico, los virus deben identificarse por procedimientos diferentes a los utilizados para otros parásitos de las plantas. Muchos de ellos pueden reconocerse gracias a los síntomas observados en el cultivo. Otros, no tan bien caracterizados, se identifican por las reacciones que producen en plantas huéspedes especialmente elegidas, cultivadas en invernadero, ya las que se les inocula el virus: éstas son las plantas test o indicadoras, y a la transmisión experimental se le llama diagnóstico mediante la transmisión a plantas indicadoras («indexage»).
Por último, cada vez se utiliza más una técnica particular, la serología, para identificar los virus de las plantas. El suero de un conejo, sensibilizado por el virus de una planta, reacciona de un modo específico cuando se pone en presencia del jugo de otra planta que contenga el mismo virus u otro con él relacionado.
Clasificación de los virus
Por el momento no existe ninguna clasificación satisfactoria de los virus de las plantas. La nomenclatura no se ha unificado aún, y el sistema binominal latino no se ha admitido de una forma general.
Se cuentan actualmente unos 300 virus capaces de infectar las plantas cultivadas o salvajes. Muchos de ellos son causa de enfermedades de los vegetales cultivados, tanto graves como leves o benignas, pero siempre perjudiciales y, por otra parte, más molestas al no disponer de ningún medio de lucha directa, sino preventivo. Así son las virosis o enfermedades producidas por virus en las plantas.
Naturaleza de los virus
Los virus de las plantas poseen a la vez características de la vida y de la materia inerte: se multiplican en el seno de la planta huésped, sufren transformaciones hereditarias y se subdividen en razas o estirpes; pero pueden también formar cristales y presentar analogías con las mayores moléculas proteicas.
Invisibles a simple vista o al microscopio corriente, sólo pueden descubrirse con la ayuda del microscopio electrónico, gracias aun aumento que puede alcanzar las 500000 veces. Se observan entonces en forma de filamentos rígidos o flexuosos o de partículas esféricas, que en realidad son poliedros, miden de 15 a 30 millonésimas de milímetro (o nm) de diámetro, mientras que los filamentos, de una anchura aproximadamente idéntica, miden de 200 a 700 nm de longitud.
Cada partícula tiene una estructura perfectamente definida, como un cristal: la parte central está ocupada por un ácido nucleico que presenta las características hereditarias del virus; una envoltura proteica rodea y protege al ácido nucleico.
Penetración y multiplicación del virus
Las partículas de virus penetran en las plantas por las heridas, picaduras o mordeduras de insectos u otros animales vectores, injertos y, más raramente, por el polen procedente de plantas infectadas. Entonces se multiplican en las células del vegetal, tomando de éste las sustancias y la energía necesarias.
Pasan de una célula a otra a través de orificios intercelulares, los plasmodesmos, y circulan por los vasos del líber ya veces por los del leño para extenderse en la planta.
Los virus no pueden multiplicarse más que en tejidos vivos de plantas o, en ciertos casos, de animales. Son, pues, enteramente parásitos.
Síntomas
Los síntomas producidos por los virus de los vegetales varían mucho; se producen principalmente anomalías en la formación y en el crecimiento de los órganos, así como en su funcionamiento. Los principales tipos de síntomas de virosis encontrados en las plantas cultivadas son: deformaciones que pueden afectar a todos los órganos o a una parte de ellos, necrosis, clorosis localizada en manchas o general y que afecta sobre todo a las hojas, enrojecimiento de las mismas, anomalías del metabolismo de la planta, que provoca especialmente el enrollado de las hojas y enanismo.
Para un determinado virus la gravedad de los síntomas depende de numerosos factores, relacionados con la naturaleza de la planta huésped y con las condiciones en las que ésta se encuentra. Una planta es inmune cuando no puede ser infectada, y es susceptible en el caso contrario. Si los síntomas son débiles o nulos, aunque la planta sea portadora del virus, se la llama tolerante, y entonces el virus está en estado latente. Si los síntomas son visibles la planta se considera como sensible, y si la reacción es tal que los tejidos infectados, o incluso toda la planta, mueren rápidamente, se habla de hipersensibilidad.
La resistencia de una planta o de una variedad es la capacidad de sobrevivir, sin graves daños, a la infección o escapar a la contaminación. Ésta puede ser la consecuencia de las circunstancias siguientes:
-una inmunidad con respecto al virus o a sus vectores;
-una tolerancia o una débil sensibilidad al virus;
-una hipersensibilidad: los tejidos infectados o las plantas contaminadas mueren antes que el virus haya podido extenderse en el vegetal o ser transmitido.
Cuando el virus se extiende por toda la planta, la infección se llama sistémica. Si, por el contrario, se limita a los lugares donde el virus ha penetrado en el vegetal, se habla de lesiones locales. En ciertos casos la infección es sistémica, pero los síntomas permanecen localizados.
Relaciones entre virus y planta huésped:
influencia del medio
La planta infectada por un virus no forma anticuerpos, como ocurre en los animales, y es raro que se cure espontáneamente. Por el contrario, una planta infectada permanece en general portadora del virus hasta su muerte; la infección se perpetúa incluso a través de su descendencia reproducida por vía vegetativa, es decir, por los bulbos, rizomas, tubérculos, estolones, acodos, hijuelos, esquejes o injertos.
La temperatura ejerce una influencia considerable en la multiplicación de los virus y en la expresión de sus síntomas. En general, los síntomas son más graves a temperatura baja, y se atenúan con la elevación de ésta. Incluso pueden desaparecer completamente: se dice entonces que el virus se ha enmascarado. Así, el virus X de la patata produce en esta planta síntomas visibles a 16°C, pero indistinguibles o nulos por encima de los 20°C.
Si durante varias semanas se mantienen plantas infectadas a 37-38°C, no sólo se puede provocar la desaparición de los síntomas, sino también la de muchos virus. Esta notable propiedad se utiliza para sanear plantas virosadas y reconstituir plantas sanas de ciertas variedades que estaban enteramente contaminadas. Así ocurre en la fresa, manzano, vid y otras plantas cultivadas. Este tratamiento por el calor se llama termoterapia.
La luz tiene también una influencia importante en la expresión de los síntomas. La variación según las estaciones en la intensidad de las enfermedades producidas por virus resultan muy probablemente de la variación simultánea de la temperatura y de la iluminación de las plantas: en general los síntomas son más visibles en primavera o en otoño que en pleno verano. Éste es el caso, por ejemplo, del matizado de las hojas de la vid o del mosaico amarillo, que se manifiesta en primavera en las hojas de la base de los sarmientos y deja de aparecer en las hojas de verano para mostrarse nuevamente en la vegetación de otoño.
La naturaleza del suelo, la nutrición y los cuidados culturales desempeñan igualmente un papel importante en la evolución de las enfermedades producidas por virus en las plantas. De una manera general puede decirse que las mejores condiciones para el cultivo sano son las que permiten a la planta enferma sufrir menos daños.
Variación y mutación
Ocurre con frecuencia que durante una epidemia algunas plantas muestran síntomas diferentes a los que presentan la mayoría de las plantas enfermas por el mismo virus. Si el carácter distinguible se mantiene en transmisiones sucesivas, puede llegarse a la conclusión de que se ha aislado una raza o estirpe particular del virus en cuestión. Diversos métodos permiten seleccionar y aislar esas distintas estirpes. Estas últimas se diferencian entre sí por los síntomas que producen y a veces por su forma de transmisión o su composición química. Nacen por un proceso de mutación análogo al que origina la variación en los animales y plantas, es decir, por un cambio súbito de un carácter hereditario.
Los virus que se encuentran en los cultivos no están constituidos generalmente por estirpes puras, sino por mezclas de estirpes con predominio de una de ellas, que da a la enfermedad su carácter particular. Las otras estirpes, relegadas a segundo plano, pueden llegar a su vez a ser predominantes cuando cambian las condiciones. Desde el punto de vista práctico, la aparición de nuevas estirpes virulentas puede ser desastrosa.
Como todos los seres vivos, los virus no gozan de caracteres inmutables: evolucionan de acuerdo con las circunstancias, se adaptan a las condiciones creadas por los huéspedes que parasitan, al medio en el que vive la planta huésped y a las posibilidades de transmisión de una planta a otra.
Transmisión y propagación
Los virus se transmiten de una planta a otra de diversas maneras, cuyo conocimiento es muy importante; depende de él la posibilidad de una lucha preventiva.
Transmisión por inoculación mecánica
Algunos virus se transmiten en los cultivos por contacto de una planta a otra, merced a heridas, frecuentemente mínimas, producidas por frotamiento. Las labores culturales facilitan igualmente esta transmisión.
Transmisión por insectos y otros vectores
La mayor parte de los virus desaparecerían si no fuesen transmitidos y propagados por diversas especies de animales, que se denominan vectores de virus y que pertenecen a varios grupos zoológicos. Por orden decreciente de importancia pueden señalarse:
-insectos: homópteros (pulgones y cicádulas), ortópteros, coleópteros, tisanópteros (trips);
-ácaros;
-nematodos.
La transmisión del virus está generalmente relacionada con la nutrición del animal, que se contamina en una planta enferma y puede a continuación infectar una planta sana.
-los virus no persistentes son rápidamente adquiridos por el insecto, tan sólo en algunos segundos; resultan inmediatamente inoculables y el vector permanece infeccioso muy poco tiempo, en general menos de una hora.
-los virus persistentes son adquiridos por el vector al cabo de una alimentación de varias horas. El insecto no resulta inmediatamente infeccioso, sino únicamente al cabo de un período latente que puede durar varios días. A continuación permanece infeccioso hasta su muerte.
En el primer caso se admite que el virus se transmite de planta a planta por la extremidad de los estiletes del aparato chupador del insecto.
En el segundo caso, el virus, ingerido con los alimentos, atraviesa la pared del tubo digestivo, se extiende por todo el cuerpo con la sangre, después alcanza las glándulas salivales y de ellas se inyecta en la planta con la saliva. El período latente corresponde al tiempo necesario para la evolución del virus en el cuerpo del insecto.
Transmisión por hongos
Varios virus se transmiten a través de hongos del suelo, y son transportados en la superficie de las esporas o en el interior de las mismas. Es el caso de la necrosis del tabaco, el «mop top» de la patata, la enfermedad de los nervios gruesos o «big vein» de la lechuga.
Transmisión por la semilla
Algunos virus se transmiten, en una débil proporción, por las semillas procedentes de plantas infectadas. Así ocurre con el mosaico de la judía y el mosaico de la lechuga. La mayoría de estos virus no se conservan en las semillas.
Transmisión por el polen
Esta forma de transmisión es rara.
Transmisión por la reproducción vegetativa
Los injertos, esquejes, acodos, hijuelos, estolones, tubérculos, bulbos, rizomas y otros órganos de reproducción vegetativa procedentes de plantas infectadas por virus resultan generalmente contaminados. Los virus pasan del injerto al porta injerto, y viceversa. La propagación de los virus por la reproducción vegetativa tiene una gran importancia en el cultivo de la vid, de los árboles frutales, de la fresa, del frambueso, de la patata y de la cebolla.
Identificación y detección de los virus
Al ser invisibles a simple vista y difícilmente reconocibles según su estructura, observada al microscopio electrónico, los virus deben identificarse por procedimientos diferentes a los utilizados para otros parásitos de las plantas. Muchos de ellos pueden reconocerse gracias a los síntomas observados en el cultivo. Otros, no tan bien caracterizados, se identifican por las reacciones que producen en plantas huéspedes especialmente elegidas, cultivadas en invernadero, ya las que se les inocula el virus: éstas son las plantas test o indicadoras, y a la transmisión experimental se le llama diagnóstico mediante la transmisión a plantas indicadoras («indexage»).
Por último, cada vez se utiliza más una técnica particular, la serología, para identificar los virus de las plantas. El suero de un conejo, sensibilizado por el virus de una planta, reacciona de un modo específico cuando se pone en presencia del jugo de otra planta que contenga el mismo virus u otro con él relacionado.
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